viernes, 1 de octubre de 2010

A Crude Awakening .The Oil Crash

Un crudo despertar: el colapso del petróleo (2006)

HOTEL CRISTAL - MITRE 355
LUNES 4 DE OCTUBRE 20 HRS.



Dirección: Ray McCormack. Basil Gelpke.
Título Original: "A Crude Awakening: The Oil Crash"
Guión: Basil Gelpke, Ray McCormack
Producción: LAVA Productions AG
Productor: Basil Gelpke, Ray McCormack
Montaje: Giorgia Wyss
Fotografía: Frank Messner
Música: Daniel Schnyder, Philippe Kuhn
País: Suiza
Año: 2006
Duración: 85'


Documental que analiza el estado actual de la dependencia petrolífera del ser humano. También analiza las consecuencias de la desaparición de dicho elemento y la catastrófica influencia que tendrá en el futuro de la economía mundial. Haciendo un recorrido por los principales puntos de interés del mercado del crudo, desde los más altos mandatarios de la OPEP, hasta los nuevos lugares de extracción y sondeo.



Si tienes un coche, puedes meter en él a cinco personas y unas cuantas maletas y recorrer dos kilómetros en un ratito, por los 20 céntimos que vale una taza de gasolina. Pero si no tienes coche y sí a alguien que tire de una bici-taxi o de un carrito a pie y le dices que os lleve a los cinco y todas vuestras maletas a dos kilómetros de distancia, por 20 céntimos, se reirán de ti. El petróleo es tan barato, tan denso en contenido energético, que esencialmente es energía gratis.

De ahí que estemos agotando, en un siglo, petróleo y gas natural insustituibles que se formaron en dos brevísimos momentos del pasado, hace 90 y 150 millones de años. Por eso el petróleo es un imán para las guerras, las atrae, las provoca y las alimenta: es gratis pero escaso.

Un crudo despertar, el declive del petróleo (título original A Crude Awakening. The oil crash, dirigida por B.Gelpke y R.McCormack), es un documental imprescindible en el que se nos advierte magistral y desesperadamente del gran error de la sociedad actual: ignorar que los combustibles fósiles no podrán seguir abasteciendo a ritmos crecientes las economías, tampoco las de los pocos países ricos, y creer además que tenemos sustitutos por si escasearan el petróleo y el gas natural y que esos sustitutos se pueden implantar de la noche a la mañana.

Y no son los gobiernos y los directivos de las corporaciones los desinformados, ellos lo saben. Es el ciudadano de a coche (“de a pie” debería ser pero no es) el que no quiere bajarse de él y aplaude políticas de crecimiento económico. Los políticos no pueden hacer más que lo que nosotros les pidamos, esas son las reglas que la ciudadanía dictó y son las que ahora tiene: cabe pues que los ciudadanos den el primer paso, avisando a sus representantes de que están listos para asumir las políticas necesarias para organizar un entorno económico radicalmente más simple, no podemos echarles la culpa del crecimiento a nuestros representantes mientras a la vez les pedimos crecimiento sin objetivo alguno y a perpetuidad.

Y para eso hace falta, claro está, que los ciudadanos conozcan la realidad, para que puedan decidir apoyar esas medidas. El documental Un crudo despertar puede ayudar a ello.

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